Y como dice una vieja canción “no volverás a hacer llover sobre mi desfile…”
Ya no queda nada de esos cappuccino helados que le dieron un respiro a la vida. Esas esperanzas que decían que era afortunado, se han desvanecido, como una flor de mantequilla bajo un sol de caramelo.
Y llueve y llueve y quiero volar. Solo estamos aquí una vez y es para intentar y caer.
Nada de visualizar metas, hablamos de alcanzarlas. Nada de esfuerzo, hablamos de constancia. Hablamos de mirarnos en el espejo, y vernos siendo lo que queremos ser.
Y es que…a veces es más el miedo a ganar que el miedo a perder lo que nos detiene. Nos aterroriza la victoria, nos aterroriza tanto que no somos capaces de darnos cuenta.
Y cuando naufragamos, lo asumimos, pero cada vez que los demás ven en nuestros ojos la sombra del fracaso, nos torturan con sus palabras de compasión, y nos hacen sentir que les hemos defraudado.
Pero eso no debe detenernos. Hay que continuar, volar, para volver a caer. Como gotas de agua que se mantienen flotantes ante el vacío de la vida. Quizás, maybe this time, ganemos en la lucha contra el tiempo y seamos eternos en esos segundos en los cuales decidimos nuestro destino…
Por que no podemos permitir que nadie “haga llover sobre nuestro desfile”.
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