lunes, 31 de enero de 2011

trainspotting


Siempre hay adicciones que nunca, como seres humanos, podremos reprimir. Esas que nos acompañan toda una vida. Acciones como comer dulces después de la siesta, masturbarse antes de dormir o fumar un cigarrillo de cortesía después de levantarse en camas ajenas. Son los pecados que usamos para protegernos del aura de la vida, esa que nada más los sueños nos pueden cobijar, esa que aveces, por mera economía de recursos emocionales llamamos DOLOR.

Hace poco, asomó por mi café un sobre de azúcar tímido, de esos con frases, citas y aforismos que de niños nos entusiasmaba poner en el msn. Cogí mi sobre y leí en mi interior una frase de un tal J. Moreno “Convivir con una adicción es vivir solo cuando de está durmiendo”. Sin saber si echar el azúcar primero o darle significado a esa J perdida, me sorprendí a mi mismo reflexionando con un café amargo, sobre la adicción a la vida.

Y una cosa llevó a la otra y al final acabé viendo a Ewan McGregor lanzarse por el retrete más sucio de Escocia en busca de unos supositorios mágicos de opio. Al fin y al cabo es lo que mejor recuerdo visualmente de esa película, pero sonoramente hablando,.nunca cambiaré por nada del mundo la voz en off del señorito McGregor fingiendo ser un drogadicto y diciéndome “Choose life. Choose a job. Choose a career. Choose a family, Choose a fucking big television, Choose washing machines, cars, compact disc players, and electrical tin openers. Choose good health, low cholesterol and dental insurance. Choose fixed-interest mortgage repayments. Choose a starter home. Choose your friends. Choose your future. Choose life”.
Si. Elige. Elige en que equivocarte o elige si acertar. . Al final, eso es la vida, una sucesión logarítmica de elecciones, elecciones para huir del dolor, alcanzar la felicidad o la felicidad convertida en materiales. Falta de espíritu.

Esos incompetentes, esos depravados, eligieron. Eligieron huir de una vida llena de mentiras, para meterse en una vida llena de mierda. Eligieron la no-vida, como manera de huir del dolor, como manera de no pensar en nada, hacerse adicto a la heroína para vivir solo cuando dormimos y de esa manera soñar la vida que no existe. Llenarse las cadenas intravenosas de veneno para dormir tal cual bella durmiente.

No es necesario ser extremistas e inyectarnos cualquier cosa desecha en una cuchara mugrienta para dejar de vivir (o tal vez si...nunca lo he probado). Las adicciones son eso, una excusa para perder el control, para sentir que solo ello es el pilar de nuestra existencia, es la excusa para dejarnos dominar de la forma más peligrosa que existe, dejarnos dominar por nosotros mismos, por nuestros instintos más animales. Los adictos cuando disfrutan placentera (o no tan placenteramente) de sus acciones son conscientes de que no existe nada, no son nada más que su adicción. Se van a dormir, despiertan y ven a la vida ligera de ropa, tumbada a su lado, tras manchar de amarillo las aguas profundas, se asustan y vuelven a elegir el miedo y la adicción, la evasión.

¿Es este círculo vicioso algo comprensible? Quizás si...cuando la vida que queremos vivir no es la que nos han asignado y vivir de una manera distinta ésta tiene un precio demasiado elevado. En todas épocas y aveces los personajes más famosos, admirables y respetables eran partícipes de este rito de “no-elegir-la-vida”. Artistas, cuyo mundo desconocemos, colocados de tanto opio y sexo han vomitado versos que han iluminado las esperanzas de la humanidad.

Pero que esperar de un mundo donde vivir es interpretado como un estilo de vida, basado en doctrinas incomprensibles, en dogmas frustrantes.
Aveces pienso en Baudelaire o en cualquier artista medio loco, borracho e irresponsable. Pensar en cualquiera, no os será difícil. Leed o ver alguna de sus obras de arte ¿Qué os transmiten?

Dolor y Vida. Las palabra que acaban resumiendo el Arte.

Y es que cuando me pregunto donde está la generación de artistas de hoy en día, me doy cuenta de que, mirando el mundo en el que vivimos, es obvio que están conviviendo con adicciones para vivir y crear, solo cuando están durmiendo.
Solo cuando escapan de esa idea de vida dolorosa y se encuentran con la Vida que cobija, que da placer, que estimula...el espíritu.

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